Hoy en mis sábanas siento frío,
el frío de no estar contigo,
abrazado a tu noche
y no sentir el calor de tus suspiros;
buscando tus besos,
como pompas de jabón
que explotan en mis labios;
persiguiendo tus caricias
por el desierto de toda mi piel;
apretando los ojos
y la luz de tu mirada no poder ver.
Pero me queda el consuelo
de llevarte muy dentro,
prisionera de mi alma,
a la espera de ese calor
que no morirá en el tiempo.
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