No hace falta que te busques en mis sueños,
ni en los anhelos más profundos de mi corazón,
ni en el laberinto tortuoso de mi alma,
ni en el deseo más ferviente de mi piel;
porque yo te sueño y te deseo,
te abro mi alma y te acojo en mi ser,
en cada latido,en cada suspiro,
en cada segundo que no te puedo tener;
pues es mi única esperanza,
para borrar la ausencia de tu presencia,
y hacer con nuestros cuerpos auténtica poesía,
y de nuestras almas el más puro amor.
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